Te levanto la condena esta noche,
y te pido permiso para arañarte el parqué con los tacones.
Sírvenos un par de copas llenas hasta arriba,
baja un poco la música
y entonces háblame.
"Lo siento, lo siento, lo siento..."
Hoy soy como la pequeña Amelie
y he encendido la esperanza antes de salir de casa.
Quizá te sigo queriendo mal y por eso te sonrío mientras lloras,
y el reloj marca las 3:06.
Si esta noche voy a perderlo todo
quiero hacer como que nunca hemos sido,
como que nunca nos hemos conocido.
De cero:
"Hola, encantada. Tienes los ojos marrones más bonitos que he visto nunca. Puedes entrar, acércate, hueles bien...
Si,
parece que podrías hacerme daño... Follemos pero no te dejo quedarte a dormir."

Comentarios

Entradas populares