Agonizante mariquita boca arriba, que no sabe darse la vuelta.
Insecto de primavera
que se ciega con la luz
y choca contra las paredes.
Perdida pero casi contenta,
muy mucha valentía
y lamentablemente una esperanza de vida que no la ofrece tiempo para nada
Ni siquiera para querer(te).
Síndrome de diógenes.
Estás enterrado en la caja de irremplazables,
encima de la de dolor de risa
y al lado de la de lluvia.
Te conservo como reliquia inservible
que me llena en dos mil malos sentidos.
Uno por cada vez que dije sí, se ordenarme la vida sola.

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