Las personas tenemos cierto gusto a dejar que las cosas se nos escapen, a dejar las cosas ir sin siquiera intentar que permanezcan, nos llenamos de "tal vez" y "quizás" y nos dormimos esperando que amanezca mañana.
¿Cuántas cicatrices te has contado hoy? Una por cada aquel "haremos" y dos por cada "te quiero" que se quedó sin pronunciar, y ya solo puedes beberte el café en la encimera sin quitarle el ojo de encima al reloj.
¿Que ocurre con los vínculos? ¿Dónde van a parar sus trozos después de rotos? Cada amante los tiene clavados como astillas en el costado, y a los corazones rotos aún les sangra cada vez que respiran.
No se por que dejamos las cosas pasar, y asimilamos las pérdidas tan fácilmente. A mi nunca nadie me enseñó a luchar, pero se que por tí hice todo lo que podía hacer y perdí todas y cada una de las batallas, y aunque ahora medio muerta sé con certeza que jamás me arrepentiré de no haberlo intentado.

Comentarios

Entradas populares